Ella era de las que impone su carácter en las relaciones, acostumbrada a intimidar con una mirada, ahora es la suya la que se ha vuelto esquiva.
Antes orgullosa, ahora avergonzada de despertar bajos instintos, ya no busca resultar atractiva a los demás. Se arregla para el, aunque no se vayan a encontrar.
Necesita de su aprobación constante para no sentirse perdida.
Parece que su implacable genio se ha metido en la lámpara, para no regresar....
No hay comentarios:
Publicar un comentario